La técnica infalible para aprobar una oposición
Convertirnos en funcionarios/as de la Administración Pública es un objetivo perseguido por muchos, puesto que la precariedad laboral y la incertidumbre económica nos empujan a buscar una alternativa que nos permita gozar de la estabilidad suficiente para garantizar nuestro futuro, y disponer de tiempo libre para poder disfrutar de nuestras aficiones, amigos y familiares.
Pero aprobar una oposición no es un camino de rosas, todos lo sabemos. Una oposición te desgasta, suele ser un proceso largo; te frustra, porque se te olvidan cosas que dabas por hecho que sabías, o sacas una puntuación inferior de lo que esperabas en el examen oficial. Por no hablar del opositor/a que se queda en esa primera o primeras notas de los que no entran, el primero de los que se quedan fuera.
Pero durante el proceso también te invaden buenos sentimientos contrarios a los mencionados, sientes emoción cuando ves que avanzas, lo que alimenta tu motivación; te vas formando como “opositor/a”, es decir, te vuelves organizado, meticuloso, no puedes vivir sin dedicar el tiempo requerido al estudio, vas a la biblioteca con tus compañeros y compañeras, te descargas documentos, te suscribes a todo lo que pillas, en definitiva, conviertes opositar en un trabajo con un fin, un fin al que no piensas renunciar y al final del proceso se produce el sumun de todas las emociones que vas a experimentar, la explosión de adrenalina en el momento que ves que esa plaza es tuya.
Porque conseguir la plaza es el éxtasis de todas las emociones que vas a sentir en el proceso, y va a compensar todo lo sufrido hasta el momento. Sentirás una alegría que pocas veces vas a vivir, un orgullo inmenso, y será lo primero que cuentes a todo el mundo en los siguientes días. Te acaba de cambiar la vida, y para siempre.
En este mismo momento, aparece una de las frases más repetidas, “ha merecido la pena”. Sigue leyendo, te he prometido una técnica infalible.
La técnica de citarse con el estudio.
La constancia es una actitud fundamental para aprobar una oposición, lo que ocurre es que, casi siempre, va ligada a la motivación. La motivación es una gran compañera de viaje, te ayuda a ser positivo y constante, pero no siempre te acompaña, y necesitas de otras armas como la constancia y la disciplina para paliar esos déficits de motivación que se dan de cuando en cuando.
Pasamos los días poniendo excusas que nos hacen posponer el estudio al día siguiente. El cansancio, la desmotivación, la desorganización, la magnitud del reto, los niños, el trabajo, el hecho de tomarse algo con los amigos, ver la televisión, perder el tiempo en redes sociales, y un largo etcétera de motivos que nos van alejando poco a poco de nuestro sueño, una vida mejor. Cualquier excusa es buena para decir “pff no”, en lugar de “¡a por ello!”.
Y es que decir día a día “¡a por ello!” es prácticamente imposible, motivo por el que debemos citarnos con nuestro momento de estudio. Fijamos la hora en la que vamos a comenzar, qué vamos a estudiar y cómo, y cuánto tiempo le vamos a dedicar, y cumplirlo. Mañana a la hora “h” tengo esta cita, y voy a acudir a ella cómo acudiría a cualquier otra. Pues bien, este método puede de sobra con la desmotivación, la falta de tiempo o de ganas.
A continuación vamos a crear una pequeña simulación de lo que sería una semana no demasiado ambiciosa en cuanto a tiempo de estudio, pero muy, muy fructífera.
Llega el domingo y planificas tu semana en función de tu tiempo disponible: el lunes de 19 horas a 21 horas repasaré el tema 4; el martes a la misma hora avanzo con el siguiente tema (lectura comprensiva); el miércoles nada (no puedo, o no quiero); el jueves esquemas, tarjetas de estudio, escribo, cosas que me diviertan y me ayudan a memorizar (esas tarjetas conmigo a todas partes); viernes, antes de ir a tomar algo, repaso lo estudiado; sábado le doy caña (5 horas), y el domingo también. Y tienes que ser fiel a esa programación, no puedes faltar a tu cita, porque ya está ahí fijada.
Como puedes comprobar, este esquema semanal puede ser, perfectamente, de una persona que no tiene mucho tiempo para dedicar al estudio, pero si consigue hacer esto durante un tiempo, su motivación va a crecer, porque sus avances y su disciplina van a conseguir alimentarla, y ya no habrá quién le detenga. Se convertirá en un opositor/a sin tregua, querrá sacar tiempo de cualquier parte, se llevará sus tarjetas de estudio al trabajo, al baño, en el metro, etc. y su motivación ya no desvanecerá, todo lo contrario, le llevará hasta el final.
Cítate con tu estudio, y no faltes a tu cita. Sin darte cuenta, ya no habrá quién te detenga.
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